Zidane se movía con la gracilidad de un bailarín. Cada gesto suyo era pura maestría y elegancia innata, él orquestaba el juego con fuego interior. Sus pases eran de una perfección pasmosa, como pinceladas https://donnayzwl953271.imblogs.net/88149050/causas-y-consecuencias-del-cabezazo-de-zidane